Por su puesto, contaremos el pecado, pero no diremos nada del pecador.
Almacenes de seco o de termoestables con más luz que una biblioteca.
Parece ser que todavía hay gente que no ha llegado a leer eso de "conservar en lugar fresco y seco al abrigo de la luz solar". Por lo menos esto es lo que le debe ocurrir al arquitecto que diseñó un almacén para productos termoestables con enormes ventanales y luz del sol directa sobre las estanterías de productos. Un despropósito que por lo menos podrían haber corregido colocando unas persianas .
Aseos de personal carentes de lavabo.
Y el lavabo más próximo situado a 20 metros en otra dependencia haciendo incómodo al personal cumplir con su obligación (y norma básica de higiene) de lavarse las manos después de hacer uso del WC. En lugar de facilitar a los trabajadores el cumplimiento de la normativa sanitaria lo convertimos en una gymkana.
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